Cuando el cuerpo se mueve, la mente se libera.
Estamos acostumbradas a pensar que la creatividad ocurre solo en la cabeza.
Pero muchas veces, las ideas más poderosas nacen cuando el cuerpo se activa.
El movimiento —ya sea suave o enérgico— permite que la energía estancada circule.
Reduce el ruido mental, oxigena el cerebro y despierta emociones dormidas.
Además, ayuda a salir del control, del perfeccionismo, del bloqueo.
“El cuerpo también piensa. El cuerpo también sueña.”
No necesitas ser bailarina, atleta o yogui. Solo necesitas habitar tu cuerpo con intención.
Elige al menos una de estas formas de movimiento, o combínalas:
No se trata de quemar calorías. Se trata de activar tu energía creadora.